lunes, 7 de enero de 2019

Románticos ardientes

Es lícito conquistar el mundo con ardiente fuego de ideales e impetuosos vientos del alma. El error de Hitler y del nacionalsocialismo consistió en confiar en el fuego de las armas olvidando el verdadero poder del fuego del espíritu. El Espíritu y el pensamiento de Dios bastan para vencer al mundo




domingo, 2 de diciembre de 2018

Lisiados


Si te crearon deforme, el mundo te ve deforme. Naciste sin manos con las que poder acariciar al mundo, y especialmente poder acariciar y abrazar a las personas que amas. Y no es tanto la anormalidad física como el estar lisiado por dentro, en el alma. Eso, en mayor o menor medida, nos pasa a todos. La descompensación y el desequilibrio. Tan grande es su corazón que no concibe no acariciar, y entonces va hiriendo a las personas que más le importan. Le pasa a él, y a ti, y a mí. Pero siempre podrás crear belleza y esculpir un ángel de hielo y nieve bajo el cual Ella puede bailar, es decir, regalarle lo mejor de tu alma. 

lunes, 26 de noviembre de 2018

Ella





De Edward Robert Hugues, pintor prerrafaelista, nos llega otra imagen de perfección, allí donde los caminos ascendentes de la fuerza y la autoridad descienden para ser dulzura, fragilidad y lágrima. No existen los opuestos ni las semejanzas, sino un mismo Ser que desborda al pensamiento analógico y a todas las categorías meramente humanas. La Walkiria, envuelta en una misteriosa neblina azul, muestra sus armas de defensa y ataque a la vez que un gesto maternal y sosegado. Recordemos que ellas, según la mitología nórdica, son las salvadoras de los guerreros caídos en la batalla, por cuyo sacrificio son merecedores de ser rescatados y ascendidos al Valhalla, una versión pagana del paraíso celeste de Dios. Ellas alimentan al guerrero espiritual en su ímpetu por dominar y sobrevivir al mundo terreno, y ellas son las encargadas de trasladarlo al Cielo. Ella es Edelweiss, la Rosa, Lilith, la Canción, el Amor, la doncella y la Dama, realidad e ideal, la Carne y el Espíritu.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Reacción




Es bastante llamativo; aquellos que nacieron entre los años 70 y 80 del siglo XX forman ahora una especie de grupo de opinión con alma retro, considerándose a sí mismos la generación que tuvo el privilegio de vivir en un ambiente social y cultural mucho mejor que el de hoy. Hipotéticamente, son aquellos que, ante la caída de las torres gemelas de Nueva York durante aquel 11 de septiembre del año 2001 ( anuncio del fin de la poca inocencia que ya quedaba en el mundo y del comienzo del sistema del Dragón, de la corrección política y de la cesión de las libertades en nombre de la paz y la seguridad ) han resistido al declive espiritual del mundo y permanecen anclados a la cultura del Espíritu y de la Libertad.  Pero, no obstante, en general manifiestan una total ausencia de espíritu reaccionario. Y, así, lo retro no es más que eso: una pose agradable y abierta a la mejor de las nostalgias, lo cual para una amplia mayoría no es poco. La reacción, en cambio, consiste en devolver Luz contra oscuridad. Un vivir auténtico y genuino, basado en el cultivo constante de la emoción estética y espiritual, un entusiasmo para visionarios y ascetas, sin necesidad de justificarse en una Razón explicativa. Para eso ya están los clásicos, y una noción de lo que es bello y bueno que va más allá de lo subjetivo y temporal. Aceptar esto también es cuestión de Fe, y en ello estamos. Por otro lado, no se trata de vivir en el pasado, sino de actualizarse y de actualizar los valores presentes en lo añejo, pues la Historia cultural y social es caída y permanente degeneración de aquello que antes era espléndido.  

martes, 9 de octubre de 2018

Himnos



Hay que ver cuán bellos son los himnos patrios. Despiertan la emoción por una razón de peso: la música que nos hace sentir que un colectivo forma parte de una Historia sostenida en manos de Dios y de sus grandes designios. El problema es que nos quedamos con la emoción sin que quede casi ninguna razón de ser, porque lo que dicen estas canciones no está en consonancia con el estilo de vida actual. Son temas en torno a la "pagesia" de tiempos pasados, la vida en el campo, la unión con la tierra, la producción artesanal y la conciencia de ser hijos de otras culturas, sangres e idiomas. Reivindicar una identidad regional debería llevar parejo, de facto, el volver al pasado. Si no ¿para qué todas estas pamplinas regionalistas del 9 de octubre?. En la falange se nos educa para aprender a vivir conforme al pensamiento y al sentir, y todo aquello que se canta, se lee, se trasmite en cualquier medio legítimo y valioso es para vivir conforme al mensaje.  Y en el caso de la "muixeranga", el himno propiamente independentista, el mensaje es más radical, prácticamente una vuelta a los celtas y a su religión de la Dama-tierra, y a la sensibilidad de los poetas andalusíes del medioevo. ¿Para qué cantar aquello que no se siente ni se vive?. No hay verdadero idealismo en la política.

El ángel y el desierto


Un hombre de mediana edad, artista de vocación, decide volar alto y buscar las estrellas, pues el mundo de allá abajo no comprende algo tan sencillo como imaginar a una boa tragándose a un elefante. Un mundo, en definitiva, de política, economía y máscaras. Pero durante uno de sus vuelos sufrirá un accidente y tendrá la oportunidad de estar perdido en el corazón del desierto. La película se compone de metáforas que nos remiten a una metáfora ( o a más de una ) hiriente y abarcadora. Ese hombre podemos ser cada uno de nosotros, para ser transformados necesitamos perdernos durante un tiempo en el desierto de la vida, porque allí se esconde el Sol de justicia. Allí donde aparece un ángel ofreciendo, como regalo, su misterio. La película es de visión obligada antes de poder seguir la marcha, se trata de la versión del clásico dirigida por Stanley Donen en 1974. Como experiencia moral y estética, puede que sea incluso más poderosa que el libro de Antoine de Saint-Exupéry y, concretamente, nos levanta en indescriptible vuelo a partir del momento de la "aparición" precedida por una ráfaga de viento; Richard Kiley trabaja intentando reparar el motor de su avioneta y, de repente, entre el viento, surge la voz de "por favor, ¿podría usted dibujarme una oveja?".  Desde ese punto y hasta el final, es un recital de dulzura casi constante ante el cual el corazón puede desfallecer, pero no habrá sanación sin una herida profunda y dolorosa como el balazo de un magnum del 44. Es un vuelo, por otro lado, demasiado sensible para el mundo actual, y quien ahora pudiera aprovecharlo y apreciarlo contribuirá a reivindicar esta joya, la cual ya en 1974 pasó por las carteleras sin éxito. Pero hay más. Esta apoteosis de dulzura se permite el lujo de concluir con un final muy oscuro y revestido de una confusa esperanza, donde la serpiente antigua y su letal veneno de engaños triunfa, y consigue destruir la inocencia ( muy en especial, para los conocedores de la Santa Biblia ). Y, en ese sentido, la película ya estaba hablando, mediante la metáfora, de nuestra realidad social y espiritual. Se están cargando la belleza y la inocencia del mundo, pero con estas armas no prevalecerán.  
 

Románticos ardientes

Es lícito conquistar el mundo con ardiente fuego de ideales e impetuosos vientos del alma. El error de Hitler y del nacionalsocialismo cons...