De Edward Robert Hugues, pintor prerrafaelista, nos llega otra imagen de perfección, allí donde los caminos ascendentes de la fuerza y la autoridad descienden para ser dulzura, fragilidad y lágrima. No existen los opuestos ni las semejanzas, sino un mismo Ser que desborda al pensamiento analógico y a todas las categorías meramente humanas. La Walkiria, envuelta en una misteriosa neblina azul, muestra sus armas de defensa y ataque a la vez que un gesto maternal y sosegado. Recordemos que ellas, según la mitología nórdica, son las salvadoras de los guerreros caídos en la batalla, por cuyo sacrificio son merecedores de ser rescatados y ascendidos al Valhalla, una versión pagana del paraíso celeste de Dios. Ellas alimentan al guerrero espiritual en su ímpetu por dominar y sobrevivir al mundo terreno, y ellas son las encargadas de trasladarlo al Cielo. Ella es Edelweiss, la Rosa, Lilith, la Canción, el Amor, la doncella y la Dama, realidad e ideal, la Carne y el Espíritu.
lunes, 26 de noviembre de 2018
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